
En partido los dispositivo todavía no están permitidos por lo que no podemos tener datos de GPS, pero el aumento abrupto de la temperatura, medido con la termografía, en el tobillo izquierdo nos indica la presencia de una patología que se confirma con la exploración clínica realizada por parte del staff médico. Se confirma un esguince de grado I del ligamento peroneo-astragalino, que debido a la exigencia competitiva y a la ausencia de pérdida de función y dolor, se va a tratar con compresión, frío, indiba post-entrenamiento, ejercicios isométricos, vendaje y mayor rotación en los entrenamientos, pero el jugador no cesa su actividad deportiva.

Lo que se observa días posteriores, con el aumento del 16% y del 11% en los valores de fuerza de empuje con la pierna derecha durante las tareas de entrenamiento registrados por WIMU, es que el jugador va a variar su mecánica de desplazamiento ejerciendo mayor fuerza de empuje en la extremidad sana, la derecha, para de manera inconsciente proteger la estructura dañada.
Por ello, después de una lesión o una limitación del movimiento es importante valorar las compensaciones que acontecen con el objetivo de valorar como esas compensaciones biomecánicas pueden afectar a las demás estructuras y no seguir sobrecargando un patrón disfuncional.
Para ello la termografía permite valorar el seguimiento no solo de la propia lesión, en este caso en los días posteriores se observa una reducción paulatina de la temperatura acompañada de una reducción de la asimetría en el impacto, si no que también cabe destacar que la termografía también nos sirve para controlar las compensaciones producidas por la sobrecarga funcional.
En este caso el análisis de dos días posteriores a la lesión nos muestra una alarma, gracias al desarrollo del sistema de alarmas, para el propio tobillo y para el isquiosural contrario, es decir, y como describe Piñonosa et al 2016, la anticipación de la deceleración del cuerpo con la misma longitud del paso al dejar más impacto, requiere predominantemente un aumento de la actividad del complejo isquiosural (Colné & Thoumie, 2006).”
Artículo redactado por ThermoHuman, Mayo 2022.
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